Apreté las manos del ánimo
aferrándome a la libertad
y abrí las piernas del abandono.
Alboroté la sangre que dormitaba en mis venas,
y espantando las cigüeñas de la fantasía
respiré por los pulmones de la esperanza.
Contraje el desconsuelo
y con un grito de dolor
a la luz de la luna llena
embestí sin compasión al silencio…
pariendo la palabra.
aferrándome a la libertad
y abrí las piernas del abandono.
Alboroté la sangre que dormitaba en mis venas,
y espantando las cigüeñas de la fantasía
respiré por los pulmones de la esperanza.
Contraje el desconsuelo
y con un grito de dolor
a la luz de la luna llena
embestí sin compasión al silencio…
pariendo la palabra.
©YGC/AMORA
Imagen Egon Schiele
Hermosa manera de nacer en la palabra. Creo que tendremos que aprender a abortar el abandono y la fantasía para que surja la vida en el movimiento de nuestra energía
ResponderBorrarMuy original tu poema.
Saludos
Hermoso parto el de tu alma a juzgar por el resultado... Te beso con cariño a la vez que te pido disculpas por mi ausencia, producto de un exceso de trabajo,
ResponderBorrarV.
Y el verbo se hizo carne, carne que, como la voz, se desvanece... Y si se escribe, se perpetua.
ResponderBorrarMe gustó.
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